¿DE QUIÉN DEPENDE UNA ADECUADA EDUCACIÓN PARA LA DIVERSIDAD?

Buscar la respuesta educativa para una hija o hijo con Parálisis Cerebral (o cualquier otro tipo de diversidad funcional) no debe convertirse en una aventura, en un reto. La educación para la diversidad, al igual que la sanitaria y la social, es un derecho tanto del niño o niña como de su familia. Sin embargo, muchas familias no tienen esa experiencia.

Atención a la Diversidad: Una respuesta de la que deben formar parte activa Administraciones y Profesionales

En muchas ocasiones este camino se convierte en un camino de rechazos, esperas, dificultades, e incomprensiones mutuas. La responsabilidad de una correcta implantación de la Educación para la Diversidad es de la Administración (de la que corresponda), pero la comunicación se realiza con un profesional en concreto. Esto es muy evidente cuando la comunicación es fluida y constante, como ocurre en los entornos educativos.

El profesional que está codo con codo con la familia representa a la Administración, pero muchas veces se pierde el sentido. Las respuestas que reciben las familias y también los propios usuarios demuestran:

  • Falta de formación (“a mi nadie me dicho cómo lo tengo que hacer”)
  • Condiciones de trabajo poco adecuadas (“pero si no tengo horas para preparar las adaptaciones”)
  • Inseguridades personales (“no se si voy a saber como atender a su hijo/a”)
  • O, simplemente ideas sobre la inclusión educativa (“es que este niño/a no debería estar aquí”)

Seamos responsables, no busquemos responsables

Ni niños/as ni sus familias son los responsables de su diversidad funcional ni de las condiciones de trabajo. ¿Por qué les hacemos responsables, entonces?

Son las diferentes Administraciones las responsables de una respuesta educativa realmente inclusiva que garantice la educación para la diversidad. Para ello, deben construir un entorno legal que garantice dicha inclusión (que no siempre es así), unas condiciones de trabajo que permitan a los profesionales dar respuestas adecuadas (que no siempre es así), y una formación de los profesionales para que puedan afrontar cualquier situación que se presente (que no siempre es así). Cuando el punto de partida no es el adecuado, las condiciones de los diferentes profesionales para afrontar el reto se complican; sin embargo, hay aspectos, como la actitud ante la diversidad, que no dependen de las condiciones de trabajo.

La actitud ante la Diversidad Funcional marca la diferencia

La actitud de los profesionales de la educación es determinante en cómo se sienten las niñas y niños, pero también las familias. Las actitudes de rechazo por la diversidad, de incapacidad para dar respuesta y cumplir con el propio trabajo, las expectativas negativas, que se acaban “autocumpliendo”, generan en las familias una indefensión frente al sistema educativo. Esto se acaba convirtiendo en frustraciones personales, sospechas de falta de profesionalidad, temores sobre el trato a sus hijos/as, o enfrentamientos con los profesionales. Cuando hablamos con las familias con una actitud positiva, entendemos que no quieren la respuesta mágica, sino que exista la intención de encontrar esa respuesta que sus hijos/as necesitan. No necesitan a expertas y expertos en la materia, sino profesionales dispuestos a encontrar respuestas. A ellos, seguramente, les ha pasado lo mismo.

La Educación para la Diversidad es cosa de todos

La inclusión educativa no es un profesor de apoyo o una adaptación curricular. La inclusión es una actitud positiva para que todos y cada uno de los niños y niñas que están en nuestros centros educativos tengan la respuesta que les corresponde, independientemente de su condición física, psicológica o social. La actitud de los profesionales de la educación y la comunicación con las niñas y niños y sus familias, es determinante para que la inclusión sea real. Generar soluciones y no problemas, construir puentes y no barreras, escuchar, atender, responder y buscar respuestas; todo esto no depende de la Administración, sino de la actitud personal.

Alguien lo dijo; «no se trata de tener preparada una respuesta, sino de estar dispuestos a construirla».

🖋 Artículo escrito por Javier Matías
Orientador Educativo

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